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Un general de la Armada Imperial comisionó al templo la tarea de construir un sistema de requerimientos de provisiones. Consciente del costo, mandó a un oficial de la 3ª División de Enteros sin Signo que reporte del progreso del templo. El oficial notó con satisfacción que la mayoría de los desarrolladores trabajaban calmada y metódicamente: dibujaban diseños detallados, enviában los documentos para aprobación o enmienda, y consultaban los borradores finales mientras escribían código. Sin embargo una monja no. Mientras observaba el oficial, la monja creaba una docena de clases en el repositorio, las miraba a cada una por un momento, renombraba la mitad, las miraba de nuevo, rompía algunas en pedazos, las miraba, añadía algunos métodos y quitaba otros, y así sucesivamente. Ella repitió esto durante todo el día. El oficial no pudo contener más su impaciencia, diciendo, “¡Basta! ¡Si los escultores imperiales fueran tan impulsivos como tu, ya no habría más jade en el mundo!” La monja respondió, “Si los escultores imperiales fuesen lo suficientemente tontos para tallar tejas de jade, el palacio del emperador deberá estar mitad a cielo abierto. Yo, elijo trabajar con barro.” Traducido por Gonzalo Alcalde. Un extracto de The Codeless Code, por Qi (qi@thecodelesscode.com). Distribuido bajo la Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License. |