El Booleano

Para marcar la solemne ocasión del caso doscientos entrando en los anales del Templo, le pedía la monja Yíwen que me prepare un tratado largo, informativo, y con muchas notas al pie de página sobre la historia del tipo de datos booleano. Para mi desmayo recibí este pedazo de aleluya. Disculpas para aquellos que vinieron aquí buscando edificación.—Qi.

Quizás
tú no
sepas
esto

Pero
hace
mucho
tiempo

Gran can-
tidad
de pa-
labras

De dos
en dos
se ense-
ñaban

grande /
chico,
pobre /
rico,
risa /
llanto,
diablo /
santo,
ellas /
ellos,
feos /
bellos,
agua /
fuego,
hasta /
luego.

La ten-
dencia
que te-
nemos—

es ver
todo
blanco o
negro:

falso /
cierto,
vivo /
muerto,
cerca /
lejos,
nuevos /
viejos,
débil /
fuerte,
sino /
suerte,
cuerdo /
loco,
mucho /
poco.

No hay
grises.
No hay
medios.

Sólo
esto.
o a-
quello:

malo /
bueno,
vacuo /
lleno,
nada /
todo,
brazo /
codo,
día /
noche,
barco /
coche,
sigue /
basta,
desde /
hasta,

Pero
si tu
te a-
treves

a mi-
rar a-
tenta-
mente—

firme y
dete-
nida-
mente

a cada par de palabras oponentes,

debes desconfiar consciente
de cada instinto tuyo, y violentamente
rechazar esa tendencia innata, impulsiva y precaria
de imponer la simplicidad binaria—

y finalmente
verás de repente

que casi nada precisamente
es una cosa u otra generalmente.

Pues las palabras a fin de cuentas
—como los números y los booleanos—son sólo herramientas,

que proveen sólo una cruda aproximación
para la facilitación de la comunicación.

Y hasta la cadena de palabras más prometedora
(incluyendo la oración que lees ahora),

es imprecisa a lo mejor,
y trágicamente engañosa a lo peor.

Este es
mi con-
sejo her-
mano:

no ra-
zones
en boo-
leano.

Para
los cir-
cuitos
deja

la exac-
titud
y cer-
teza

(A me-
nos que
seas cre-
yente

de que el
mundo es
sola-
mente ...

carne /
hueso,
fino /
grueso,
blando /
duro,
sucio /
puro
suma /
resta,
duelo /
fiesta,
curo /
hiero,
uno /
cero.