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Después de que la monja Satou había corregido su código, ella volvió con el maestro Java Banzen y le pidió que lo revisara. “Entonces,” dijo Banzen, mirando de reojo la última revisión. “Ahora obtienes tu ‘hash de los contenidos de la página’ tomando el arreglo de bytes que contiene los contenidos y enviándolo a Arrays.hashCode().” “¿Eso no funcionará?” preguntó Satou nerviosamente. “Funcionará correctamente en esta circunstancia,” dijo Banzen. “Pero si tu ‘hash de los contenidos de la página’ tiene la intención de ser un resumen, entonces deberías usar una utilidad que calcule un resumen.” “Pero si mi código funciona adecuadamente, y hace uso de lo que tengo a mano, ¿cuál es la ventaja de dicho cambio?” preguntó Satou. El maestro miró con furia. “Párate en aquella esquina, con los codos a tus costados y tus pulgares arriba,” dijo Banzen. “¡Y quédate así hasta que te ilumines!” Satou tristemente se quedó en la esquina como le fue dicho. El maestro escribió algo en su teléfono, luego se sentó en su silla y se quedó en silencio también. Segundos después, un guardia del templo que estuvo haciendo vigilancia durante horas en la nieve entró en la oficina de Banzen, su cuchillo estaba preparado y sus lentes se empañaron por el repentino cambio de temperatura. “¡Perdone mi citación, viejo amigo!” dijo el maestro “No hay emergencia. Por favor, póngase cómodo y le explicaré.” El guardia se quitó su manto de piel y lo colocó sobre la cabeza de Satou. Cuando él escuchó su grito ahogado saltó hacia atrás con el cuchillo levantado. “¡Ese no es su perchero normal!” exclamó el guardia. “No,” dijo Banzen, “Pero funciona adecuadamente, y hace uso de lo que tenía a mano.” Traducido por Gonzalo Alcalde. Un extracto de The Codeless Code, por Qi (qi@thecodelesscode.com). Distribuido bajo la Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License. |