Banzen juntó al Clan de la Araña y dijo:
La Maestra Suku está muy lejos para supervisar su siguiente lanzamiento,
y no quedan abades para guiarlos.
¿Cómo buscarán los errores en su código?
El primer monje dijo:
¿Quién mejor para conocer las fallas de un cerdo que otro cerdo?
Yo revisaré el código de mi hermano, y él el mío.
Seremos los ojos del otro.
El segundo monje dijo:
El cerdo podrá conocerse por dentro y por fuera,
pero sólo el cocinero puede decir si está bien asado.
Confiaré en los ojos de nuestros testers, cuyo deber sagrado es hallar fallas.
El tercero monje dijo:
El cerdo suculento puede estar asado a la perfección,
pero la vida del cocinero está perdida si la Emperatriz quería bife.
Haré una demo de la aplicación para nuestros clientes, y sólo confiaré en sus ojos.
El cuarto monje dijo:
¡El cocinero merece perder la cabeza si envía a un idiota a tomar la orden!
Confiar en los demás es evitar la responsabilidad.
Usaré la aplicación día y noche, y confiaré en mis propios ojos.
El quinto monje dijo:
¡Antes de sentarte en la misma mesa, pregúntale a un médico si tu oído es bueno!
Confiar en uno mismo es abrazar la arrogancia.
Mis pruebas unitarias automatizadas serán mis ojos.
El sexto monje dijo:
Es un pobre médico el que juzga el cuerpo sólo examinando sus pies.
¡Haz que el paciente corra una docena de li!
Mi web-crawler automatizado será mis ojos.
El séptimo monje dijo:
Es el médico de un cerdo el que juzga el cuerpo sólo por lo que puede ser visto.
¡Que se junten la sangre y la bilis!
Mi analizador de código estático será mis ojos.
El octavo monje cubrió su cabeza con su bata, y dijo:
Siete caminos comienzan aquí; este hombre ciego debe quedarse atrás.
Sin embargo si siete van y dicen lo que han visto, Veré más allá que cualquiera.
Todos esos monjes serán mis ojos.
Banzen lo remarcó a su aprendiz Satou:
El segundo monje no hace nada.
El octavo monje no hace nada.
¿Qué te dice tu tercer ojo?
Satou respondió al maestro:
La nada del segundo monje tiene virtud,
Pero la nada del octavo monje tiene ocho veces como mucho.
El octavo debería ser el nuevo abad, y el segundo su sirviente.
Así el octavo monje fue elevado,
y el segundo monje corregido.