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Caso 83

Consecuencias

Un monje superior pidió ser admitido en el templo. La abadesa Jinyu fue llamada para investigar al hombre.

“Yo dictaré un dominio,” dijo ella, haciendo un gesto al pizarrón con su bastón. “Tu modelarás una implementación en Java.”

El monje se inclinó y destapó un marcador verde.

“Todos los soldados de la Armada Imperial deben conocer su rango,” empezó la abadesa. “El Emperador puede ordenar a un soldado que pelee hasta morir, y a nadie excepto a un soldado se le puede pedir que haga eso...”

El monje se inclinó y dibujó un rectángulo, inscrito con variables de instancias y métodos como era de costumbre.

“Algunos soldados son arqueros,” continuó la abadesa, “cada uno de ellos debe conocer el número de flechas en su posesión. El Emperador puede ordenar a un arquero que dispare a un enemigo distante, y a nadie excepto a un arquero se le puede pedir que haga eso...”

El monje se inclinó y dibujó un segundo rectángulo, unido al primero.

“Algunos soldados son jinetes,” continuó la abadesa, “cada uno de ellos debe conocer el caballo al cual fue asignado. El Emperador puede ordenar a un jinete que pisotee a los enemigos en su camino, y a nadie excepto a un jinete se le puede pedir que haga eso...

El monje se inclinó y dibujó un tercer rectángulo, similar al segundo.

“Finalmente,” concluyó la abadesa, “Algunos soldados pertenecen a la Lluvia de Fuego Voladora, un cuadro cuyos miembros son tanto arqueros y jinetes en todos los aspectos. El Emperador puede ordenar a su Lluvia Voladora que lidere la carga, y nadie excepto la Lluvia Voladora tiene ese privilegio.”

El monje vaciló. Durante un minuto no hizo nada excepto fruncir el ceño ante el pizarrón; todos los presentes podían sentir los feroces cálculos tomando lugar tras de la tranquila cara del monje.

Una monja del templo le susurró a Jinyu: “Este problema tiene varias soluciones, pero me desagradan todas.”

“En ello está su valor,” susurró la abadesa en respuesta. “Porque todos estamos condenados en esta profesión: nuestros diseños pueden aspirar a la pureza celestial, sin embargo todos los requerimientos nacen en el barro de un chiquero. * Confío en que este monje pueda tener éxito cuando las estrellas se alineen a su favor, pero cuando no se alinean, ¿Cómo eligirá fracasar? ¿Rindiéndose cobardemente? ¿Victoria costosa? ¿Compromiso erróneo? Porque no es él sólo sino el templo el que debe soportar las consecuencias.”

* En el habla de Jinyu, el “chiquero” suele significar “el mundo fuera de las paredes del templo,” o a veces, “el dormitorio de mi hijo más joven.”